Postales Salvadoreñas del Ayer = Early Salvadoran Postcards 1900-1950. / Stephen Grant

Mi propósito al escribir este libro es compartir un descubrimiento. Es un esfuerzo por unir; de tomar un objeto que CADA lector ha comprado y escrito, enviado y recibido, leído, conservado y descartado, pero probablemente no ha estudiado: la sencilla tarjeta postal. Luego, tomar un país que significa mucho para cada lector: El Salvador. Y unirlos. Gracias a muchas de estas uniones efectuadas en varios países en el mundo (véase Bibliografía), se han publicado docenas de libros, se han tenido veintena de exposiciones, se han hecho cientos de descubrimientos personales. Puede ser que usted, el lector, esté contemplando una colección de postales antiguas por vez primera. Son bastante diferentes de las postales que podría encontrar hoy en día en las tiendas. Muchos de los descubrimientos que se hacen, se deben al tiempo transcurrido entre el presente y las postales que fueron producidas hace 50, 75 ó 100 años. Aunque la idea de producir un libro sobre postales modernas despierte poco interés, la oportunidad de ver fotografías postales de cómo era El Salvador en tiempos pasados, no puede dejar de afectar a cualquier salvadoreño. Cuando se reúne un número de postales que muestran El Salvador de ayer, ¿qué se tiene? Primeramente, una historia gráfica de cómo era percibido el país a través del lente de los fotógrafos que tomaban las fotografías para un mercado determinado: el comprador de postales. Segundo, evidencia de una época pasada: edificios administrativos de ayer; establecimientos comerciales; instituciones militares; edificios religiosos; infraestructura urbana y de transporte; áreas recreativas; el vestuario de la gente; el entorno rural; puertos y mercados. Tercero, al contemplar fotos antiguas y compararlas con la vida hoy en día, podemos llegar a conclusiones sobre la desaparición o 'mantenimiento de edificios; hasta qué grado ha aumentado el tráfico; los trajes que usaban las personas en la calle; el desenvolvimiento de una ciudad. En algunos casos la gente dice, '¡Pero, si no ha cambiado nada'. En otros, 'No reconozco absolutamente nada'. Claramente, el poder reconocer e identificarse con el pasado de El Salvador es, en parte, cuestión de edad. Una persona de veinte años y una de ochenta tendrán comentarios muy diferentes al ver fotografías de su país de principios del siglo XX. Un valor educativo del ejercicio de examinar postales fotográficas antiguas se deriva de su elemento de comparación, donde se aplican las normas y valores de hoy en día para evaluar las percepciones de una época anterior, ya desaparecida. Otro valor educativo surge de lo que aprende la persona cuando se ve expuesta a documentos pictóricos y escritos producidos durante lo que se ha convertido en una época pasada, inaccesible