Plenitud Humana con San Juan de la Cruz.

Dirijo este ensayo a cualquier público. Me gustaría ser leído, en especial, por los que no tienen dinero para pagarse una psicoterapia y, sin embargo, quieren cambiar, madurar, ser felices. Sobre todo, desearía contar entre mis lectores a quienes, de una u otra manera, trabajan por el bienestar de los i jemas. A Ofrezco, dentro de un marco terapéutico hecho un poco a ni modo y a la luz de mi trabajo como psicoterapeuta, un pano- rama de las enormes posibilidades de crecimiento que existen / sn el ser humano. ' Para semejante propósito, presento las enseñanzas del místico y poeta san Juan de la Cruz. Las coloco en el ámbito de la actividad psicoterapéutica. No hago un estudio de la doctri- na de este Santo, sino que adopto los elementos terapéuticos je sus escritos. De tal suerte, como una contribución a la psi- coterapia transpersonait alargo el horizonte del desarrollo hu- mano. Quienes están familiarizados con la psicología y la terapia transpersonales, lo mismo que yo, habrán advertido que en ellas se aprovechan los valores humanos y terapéuticos de las tradiciones espirituales del Oriente. Es verdad que en una de sus primeras publicaciones se incluye un artículo sobre la psicología y la tradición mística cristianad Posteriormente, por razones obvias, se busca con marcada preferencia la riqueza mística de tos orientales. Es- tos, según se puede advertir, lejos de teorizar o discutir como nosotros los occidentales, optan por la praxis sistemática de^ las disciplinas espirituales.