El Diseño Tridimensional. Del Boceto a la Pantalla. / Alan Pipes

La relación sentimental que entablan los arquitectos con el dibujo está bien documentada. Algunos sólo dibujan; otros son más conocidos por sus dibujos que por sus edificios. Los dibujos arquitectónicos se están convirtiendo rápidamente en artículos de colección, en objetos de arte por sí mismos. Pero los diseñadores de productos -sean automóviles, secadores de pelo, sillas, máquinas industriales o pasta alimenticia-también mantienen una relación especial con los dibujos. Para ellos, el dibujo tiene que transmitir información acerca de complejas formas tridimensionales, dotando de personalidad y facilidad de uso a nuevos productos, quizá desconocidos para el consumidor. Los edificios, por otro lado, suelen ser rectilíneos, rara vez de forma libre, y en general su función es evidente. El dibujo del diseñador de productos tiene tres funciones principales: es un medio para exteriorizar pensamientos y clasificar problemas multifacéticos: es un medio de persuasión que vende la idea a los clientes y les confirma que su instrucciones están siendo satisfechas; es un método para comunicar información completa e inequívoca a los responsables de fabricación, montaje y comercialización del producto. Además, una vez diseñado el producto, es posible que el diseñador tenga que presentar nuevos dibujos -llamados ilustraciones técnicas-, a modo de instrucciones de uso para el usuario. Este libro aspira a divulgar y explicar estos aspectos decisivos y fascinantes de la experiencia del diseñador, llevando al lector a través de la totalidad del proceso de diseño: desde los bocetos conceptuales inciales, en que el diseñador se esfuerza por encontrar una solución satisfaciendo al mismo tiempo las restricciones planteadas por los responsables de comercialización y producción; pasando por dibujos de presentación y visualizaciones, planes generales y detalles dimensionados de las piezas propiamente dichas y las herramientas, matrices o maquetas necesarias para manufacturarlas; además de montaje por despiece o diagramas de instrucciones para mantenimiento y operación. Por vez primera, el diseño asistido por ordenador (que abreviaremos con las siglas CAD) será situado en el contexto que le corresponde, como un instrumento más -aunque sumamente eficaz y polifacético- de que dispone el diseñador, para ser utilizado cuando y como sea conveniente